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28 Aug
28Aug

Hoy en día los días en los que los gobiernos en Europa y el mundo llevaban a cabo estas importantísimas operaciones de espionaje parecieran haber quedado atrás; aunque para muchos parezca un escenario poco posible, lo cierto es que hasta finales del siglo pasado existían todavía gobiernos que llevaban un riguroso control sobre reuniones, llamadas e inclusive los hábitos de consumo eran cuidadosamente registrados por trabajadores de los entes gubernamentales. 

Si bien la sociedad actual se jacta de gozar de libertades económicas y sociales nunca antes vistas, lo cierto es que se ha demostrado ya que absolutamente todo lo que hacemos e incluso lo que decimos en nuestras comunicaciones del día a día es más que registrado  en esta enorme base de información a la que se le ha asignado el nombre de Big Data.

Y es que el nombre le queda bastante apropiado si tenemos en cuenta la enorme cantidad de información que circula por esta a diario. Según estimaciones de cisco, la cantidad de tráfico diario para el 2016 fue de 1 Zettabyte (1 Trillón de Gigabytes), y actualmente la misma entidad maneja como un estimado que “Para 2022 la cantidad de tráfico diario en internet será mayor a toda la que ha sucedido en todos los años anteriores combinados”

Trabajos reflejados en libros sobre el tema señalan el acuñamiento de este término alrededor del año 2000, en un principio en campos científicos cuyas enormes cantidades de datos en cada operación era tal que forzaba a hablar de datos masivos.

Lo cierto es que el mismo tipo de trabajos (como el libro Big Data de Viktor Mayer y Kenneth Cukier) nos exponen que vivimos en una sociedad basada en la información, donde esta enorme base de datos puede moldear desde las políticas públicas de un país o las relaciones entre uno y otro, hasta el comportamiento de los ciudadanos en general.

Esta data en manos de personas que la sepan interpretar y cruzar de manera correcta puede revelar patrones y comportamientos que en un principio podrían parecer completamente ajenos unos con otros. Es esto lo que por algunos es señalados como el gran peligro de la Big Data. La información detallada de los hábitos de consumo, o de si en algún momento un consumidor ha solicitado y pagado a tiempo cualquier tipo de créditos online urgentes que haya influido en su historial crediticio están a la mano de entidades que podrían verse beneficiadas por ofrecerle a determinadas personas ofertas que verá difícil de rechazar. 

También ha quedado expuesto debido a recientes escándalos en Facebook o Cambridge Analytica que, recurriendo a la Big Data, estos gigantes corporativos son capaces de crear todo un sistema de ingeniería social de manera sumamente discreta.

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