Comprar una vivienda es un proceso largo y un poco tedioso, sobre todo porque deberás acudir a un hipoteca en la mayoría de casos. La experiencia se vuelve sumamente satisfactoria una vez encuentras la propiedad que quieres y un banco que está dispuesto a otorgarte el crédito.Sin embargo, es más complicado que el caso de los créditos online en el acto o cualquiera similar porque se tratan de cantidades mucho mayores. Además, el propio proceso de compra-venta requiere que encuentres la hipoteca suficiente para cubrir todo. ¿Has pensado si el monto que quieres solicitar te ayuda con todos los gastos relacionados?
Antes de hacer cualquier solicitud, tienes que calcular antes de solicitar una hipoteca para saber cuánto tendrás que pagar mes a mes para devolver el crédito. No te sirve de nada obtener una hipoteca que vaya a ser insuficiente para la vivienda que quieres ni una cuyos pagos sean mayores de lo que puedes asumir.Recuerda que la compra de una casa tiene gastos asociados, además del precio de la misma. La tasación, los abogados, los documentos notariales y la inscripción en el Registro de la Propiedad son algunos de estos recargos que van a incrementar el dinero final que deberás pagar por adquirir la propiedad.Además, no se recomienda pedir al banco más de un 80% del valor de la tasación del inmueble para que la deuda no sea demasiado grande al final. La cuota mensual de pago no debería superar el 30 o 40% de tus ingresos, tanto para tener mayores posibilidades de que te aprueben la hipoteca como para asegurarte de que puedes pagar.
Examina a conciencia todas las condiciones de la hipoteca, porque no habrá marcha atrás una vez hayas firmado. Busca la ayuda de un abogado o de un agente inmobiliario que te guíe en el proceso y te señale condiciones que no te favorecen, así como también de cualquier texto que no sea claro.Otros conceptos como el seguro del hogar los tienes que conocer para determinar por tu propia cuenta si quieres incluirlos o no en la hipoteca.El abogado te ayudará a calcular el dinero total a pagar por el crédito después de haber contado las comisiones, los cobros del banco por el estudio y la amortización o la cancelación anticipada de la hipoteca.
El banco es quien decide en un principio y también tiene la palabra final sobre las condiciones del crédito, pero puedes negociar si algunas condiciones no te parecen adecuadas. Añadir algunas cláusulas para tener una salida en caso de no poder pagar es una buena idea.