Comprarse un coche suele suponer una ventaja desde múltiples puntos de vista. En cuanto a desplazamiento y logística, ahorramos, evidentemente, una cantidad importante de tiempo al tener la posibilidad de utilizar un vehículo personal para acudir directamente a cualquier sitio, sin tener que pasar previamente por el proceso de adaptación a frecuencias horarias de autobuses, metros y otros transportes públicos que nos pueden ralentizar. Por no mencionar la incomodidad añadida que supone compartir vagones y espacios relativamente pequeños con muchas otras personas.
A nivel económico, disponer de un coche también nos ahorra dinero a corto plazo, ya que por fin podremos prescindir de los bonos y las tarjetas de viajero. A cambio, adquirimos un compromiso con el mantenimiento de nuestro coche, tanto el básico y el obligatorio como el esporádico, si en algún momento detectamos alguna posible anomalía. A ello se le suma el gasto extra en relación con el mantenimiento estético; es decir, la responsabilidad de lavarlo al menos una vez al mes. Todo ello conlleva un gasto mensual del que no podemos deshacernos y que en ciertos meses probablemente implicará la solicitud de préstamos al instante de WannaCash.es.
Por esa razón suele decirse que es conveniente que el primer coche, primero, sea modesto, adecuado y suficiente, y tal vez de segunda mano, ya que de esa manera podemos equilibrar un poco el gasto medio entre el mantenimiento mensual, y la obtención del coche en sí. Por otro lado, el pago a plazos es la opción más sensata para los bolsillos más escasos y los préstamos online de menor cantidad. Desembolsar de golpe dinero para un coche puede acarrear algunos desequilibrios financieros de difícil solución si no hemos estado al menos un año ahorrando para ello previamente.
El coche, como todo en realidad, supone una serie de ventajas y de inconvenientes en todos los sentidos. En este caso, si disponemos de fondos suficientes y sabemos conducir, o si trabajamos lejos de casa, las ventajas superan a los inconvenientes y merece la pena el esfuerzo. Eso sí, hay que tomarse muy en serio el mantenimiento, especialmente el esencial, para que dure.