Las cuentas bancarias son productos que facilitan la vida del cliente, pero cada una es particular y tiene sus propios beneficios y desventajas.
Cuenta corriente
La cuenta corriente es la cuenta bancaria dedicada al consumo diario, la que le brinda al cliente un lugar seguro en el cual almacenar el dinero dirigido a los gastos que realiza cada día. En términos generales, la cuenta corriente es la cuenta de banco más popular porque poseerla se ha vuelto bastante necesario para contar con mayores facilidades de uso y movilidad de capital. Algunas entidades pueden pedirte tener una cuenta corriente para brindarte financiación, como préstamos personales.
Una cuenta corriente puede automatizarse para el pago periódico de servicios, ahorrándole al titular la realización de dichos procesos. Telefonía, agua, electricidad y gas son algunos de los servicios que pueden anexarse a la cuenta corriente para que sean pagados en los plazos que el titular crea convenientes. La automatización de la cuenta corriente permite el ahorro del tiempo, por lo que muchos clientes gustan de esta posibilidad.
Puedes movilizar una cuenta corriente con una tarjeta de débito, un producto que el banco te ofrece con la apertura de la cuenta. La tarjeta de débito te permite acceder al dinero colocado en el banco, y es el instrumento con el que puedes realizar pagos mediante el uso de Puntos de Venta, convirtiéndose así en una alternativa al efectivo.
Cuenta de ahorros
En una cuenta de ahorros colocas el dinero que no usas diariamente, el dinero que corresponde, como su nombre indica, a tus ahorros. Esta cuenta bancaria te brinda facilidades para la acumulación de capital, facilidades de las que carece la cuenta corriente. No obstante, la cuenta de ahorros tiene limitaciones asociadas a ella, como verás a continuación.
La cuenta de ahorros está asociada a intereses que incrementan tu capital, que pueden ser mensuales, bimestrales, semestrales, anuales, etcétera. Estos intereses suelen ser bajos, por lo que su efecto no se percibirá de todo hasta pasado un tiempo; esto estimula al titular para que no gaste continuamente su dinero.
La cuenta de ahorros cobra comisiones por ciertos usos de manera que el titular no la use como cuenta corriente. Retirar efectivo con una cuenta de ahorros implica una comisión alta, más de la asociada a una corriente. De este modo, la institución bancaria se asegura de que la cuenta no sea usada para fines distintos al original.
Una cuenta de ahorros puede suplir a los créditos urgentes en situaciones de emergencia, pero solamente si hay una enorme cantidad de capital acumulado en la cuenta.