La cultura china es bien conocida debido a su capacidad de ahorro extremo. Lo que tienen en bienes no es mayormente gracias a inversiones, sino a un ahorro estricto y a buenas decisiones financieras. Esto ha hecho que puedan llegar a tener un éxito económico impresionante, y sin necesidad de arriesgarse a perderlo todo.
Por supuesto, llegar allí requiere de una disciplina propia de esa cultura. Ero también se trata de conocer algunos trucos del sistema financiero que llegan a ser muy útiles. Cualquiera los puede aplicar, solo hay que centrarse en hacerlo.
Comprar todo de contado. Tan sencillo como que si no hay dinero para adquirir algo ahora, ¿por qué endeudarse por ello? No se trata de tener una deuda pendiente en sí, sino que los intereses aumentan el precio final del producto. Es preferible esperar y pagar de una vez. Además, resulta muy factible negociar una disminución del precio cuando se tiene el dinero en mano, por lo que se puede ahorrar así.
Este tipo de ventajas aplica tanto para autos como para viviendas. En lugar de calcular hipoteca, el truco está en esperar a tener el dinero en mano para hacer la compra. Todo está planificado con varios años de antelación.
Aprovechar los descuentos de pagos por adelantado. Es común que la agencias que ofrecen pagos por partes, también den la posibilidad de disminuir el costo si se pagan sus productos o servicios por adelantado, por lo general, un año completo. Aunque el ahorro sea de un porcentaje muy bajo, sigue siendo algo existente, por lo que cuenta para el bolsillo.
También resulta en un ahorro debido a que no hay penalizaciones por impago. Resulta en un gran ventaja, además, olvidarse de las fechas y de los plazos. Hasta es preferible pedir créditos rápidos sin mandar documentación y pagarlo antes de que comience a generar intereses, solo para cubrir el precio del año de ese servicio o producto. Como extra, obviamente se gozan de los beneficios sin preocupación alguna. Si se adquiere un servicio, es para utilizarlo.
Hacer las compras lo más barato posibles y disminuir su frecuencia al máximo. El truco está en tener un presupuesto detallado de lo que se necesita al mes. No es solo en cuestión de dinero, sino de productos que se requieren, no lo que se desea. Así, cuando se hace la compra, se adquiere solo lo necesario. Hay que tener una fuerte disciplina para diferenciar entre el deseo y la necesidad.
Mantenerse fuera de las tiendas hace que disminuya la tentación de pasar por caja. También sale más barato comprar al mayor, y que sean productos de marcas desconocidas o de plano las más baratas de la tienda.