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25 Sep
25Sep

Las generaciones tienen distintas éticas laborales cada una, y esto es cada vez más evidente en especial para aquellos lugares de trabajo requieren una periódica renovación de personal y por ello se ven forzados a recurrir a empleados cada vez más jóvenes que se han incorporado al mercado. 

Según estudios realizados por los comparadores de préstamos personales rápidos sin papeleos las estadísticas revelan que un enorme porcentaje de los créditos pedidos cuya finalidad tiene algo que ver con la inversión en negocios por parte de los adultos jóvenes es cada vez mayor con respecto a años anteriores; esto demuestra que, cada vez más son los adultos más jóvenes los cuales deciden emprender caminos de superación y libertad económica que los libren cada vez más del yugo que suponían para estos los trabajos más típicos del mercado en los cuales terminaban, en casi la totalidad de los casos, vendiendo su fuerza vital para los fines de terceros que tal vez nunca llegarían a conocer.

Es entonces como esta brecha generacional en el sistema de ambiciones se hace cada vez más amplia; conforme el mundo va cambiando y evolucionando, los eventos sociales parecieran irse acelerando a un paso desenfrenado lo cual al mismo tiempo pareciese haber generado en muchos habitantes una sensación de desasosiego que a más de uno tiene bastante preocupado en cuanto a nuestro futuro inmediato como especie, y que incluso ha llegado al punto en el que al reproducción del propio ser humano ha dejado de ser algo remotamente prioritario como lo llegó a ser en momentos en los que la población humana se había mermado sobremanera debido a guerras y pestes. 

El hecho es que cada vez más los jóvenes se han ido incorporando en los campos de trabajo, acompañado a su vez y en cada vez mayor medida por las fuerzas laborales compuestas por las féminas de la población, las cuales debemos siempre recordar que en un determinado momento de la historia estuvieron confinadas casi exclusivamente a las tareas del hogar y a los cuidados de la familia.

Lo cierto también es que con cada generación ha venido una carga de conocimientos y aprendizajes que han moldeado, a veces sin que nos diéramos cuenta nosotros mismos, la manera en la que concebimos el mundo y funciona nuestro sistema de creencias y prioridades; nuestra sociedad en poco menos de 100 años ha tenido sociedades enfocadas en el ahorro y la supervivencia, pasando por una más despreocupada que rayaba en el hedonismo para tener ahora a una que, como fin último de su existencia e incluso  por encima de los fines últimos más conservadores impulsados por generaciones para reemplazarlas con una agresiva búsqueda de la felicidad y la satisfacción propia.

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